¿HACIA DÓNDE IR?
En primer lugar, no quería dejar
pasar la oportunidad de dar la enhorabuena a todos mis compañeros y compañeras
que recientemente hemos finalizado el Curso de Especialista en Mediación
Familiar, celebrado en la sede de la Universidad Pablo
de Olavide, correspondiente a su IX Edición, durante el curso 2011/2012. Ha
sido una experiencia grata y maravillosa para todos, estoy convencido, que nos ha
llevado a poder ser considerados como profesionales de la Mediación Familiar
y a iniciarnos en este mundo. Gracias también a los profesores que nos han
llevado hasta aquí, y sobre todo, al equipo de AMEFA por su ímpetu y su
paciencia con nuestro grupo, así como por su enseñanza.
Pero llegados hasta aquí, todos
nos preguntamos lo mismo: ¿hacia donde tirar?¿ahora qué? Y puede ser considerada
una cuestión fácilmente abordable, con distintas respuestas y posibilidades,
pero igualmente, incierta y dubitativa a fecha de hoy. ¿Montar una empresa para
ejercer como mediadores? ¿Una Asociación tal vez, financiada por los organismos
públicos? ¿Ejercer por mi cuenta, de manera emprendedora y a la aventura? ¿O
que tal si me asocio con gente ya experimentada en este mundillo? ¿Dónde
existen más garantías de éxito?
Ninguna de las opciones
anteriores es mejor o peor, son simplemente, diferentes. Por qué camino optar
debe ser una decisión personalísima e inalienable, cual si se tratara de un
Derecho Fundamental de los que recoge nuestra vigente Constitución Española. Lo
verdaderamente esencial debe ser el no equivocarnos, el saber que implica cada
decisión y cada paso que demos, y hacia donde lo demos. Consistirá en
asegurarnos que lo que hacemos, lo hacemos bien, y lo hacemos porque queremos.
Que de un lado u otro, todos proyectemos en nuestra mente un futuro en el cual
podamos libremente solucionar nuestros conflictos, o gestionarlos, de manera
personal y sin que las soluciones o alternativas nos vengan impuestas de otros
medios u organismos. Hablamos del crecimiento y la necesidad de la Mediación.
Paso a paso, cada vez nos
acercamos más a la realidad de poder considerar la Mediación como una vía
más que válida y alternativa a nuestros problemas. Debemos crecer en nuestro
deseo de luchar por hacer que nos conozcan, que sepan quienes somos, que
ofrecemos, donde lo hacemos. En la medida que nuestra información sea correcta
y transparente, y que así pueda percibirlo todo aquel que nos escucha o sabe de
nuestra existencia como profesionales, el sistema nos dará nuestro espacio y
nuestra ubicación.
Hemos de ser perseverantes y
pacientes, pues todo proceso de iniciación e instauración requiere fases y
etapas que no debemos caer en el error de intentar quemar más rápido de lo que
corresponda. Nosotros no hemos inventado nada nuevo, ni siquiera somos los
primeros ilusos que confían el futuro de las familias, o de los problemas
civiles o mercantiles, a la mediación. Por ello, nuestra labor sólo ha de ser
la de no equivocarnos, sabiendo en todo momento qué es la mediación, como
desempeñar nuestro papel profesional, y como hacer llegar a la sociedad la
necesidad de cambio y la apertura del diálogo entre iguales para resolver
sus problemas, no dando pie a errores que puedan sepultar nuestro sueño
aventurero de crecer al paso que la Mediación se hace tan necesaria…
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