Este
reciente pasado fin de semana, concretamente del 18 al 21 de octubre de 2012, se ha celebrado en
Valencia la VIII Conferencia Internacional del Foro Mundial de Mediación, que
ha reunido a mediadores y personalidades venidas de todo el mundo, bajo el lema
de ´Tiempo de Mediación. Liderazgo y
acción para el cambio´. Y ha concluido con una nueva demostración de la
convicción y necesidad de cambio en la sociedad en favor de equilibrar las
relaciones entre el ejercicio del poder y la justicia social. Un paso más en
beneficio de la figura del mediador como parte activa y agente social de la
resolución pacífica de conflictos. Todo un éxito.
Convencido
de que los que han tenido la suerte de poder asistir han disfrutado muchísimo,
y que los que no hemos podido acudir lo hemos seguido desde la distancia en
mayor o menor medida, nos encontramos con la oportunidad brindada por la
celebración de dicho Foro Mundial para investigar, explorar, y para innovar en
el mundo de la mediación y su instauración en nuestra sociedad, con el mayor
respaldo posible que podamos aunar. Y con la celebración del Foro Mundial
debemos aprovechar para que todas aquellas ideas o esos proyectos e ilusiones
que han rondado y perduran en nuestra cabeza “mediadora”, dejen de ser ideas o
proyectos y sueños, y se puedan convertir en realidad.
“Caminante no hay camino, se hace camino al
andar”.
A
veces podremos pensar que por nuestra ignorancia estamos dando pasos en falso,
a ciegas, sin un destino marcado. Pero estoy convencido de que no hay otra
fórmula ni secreto cuando nos disponemos a avanzar en un camino por descubrir, que
el de no tener miedo al fracaso o la aventura. Hay que intentarlo, caernos y levantarnos.
Tenemos que dignificar y profesionalizar nuestro papel, demostrar nuestra
necesidad, promover nuestra cultura de paz. Hay que errar, madurar, esperar. Hay
que aprovechar, y sin duda, no desesperar.
Tenemos
la oportunidad de reinventarnos y ver en la época de crisis actual una
oportunidad para promover un cambio social que genere confianza, que tenga
seguimiento, y todo ello pasa por nuestra convicción y nuestra valentía.
Consideremos una ventaja el ser casi pioneros en nuestra misión de difusión de
nuestra profesión.
En
muchas ocasiones me paro a pensar, y no se por donde tirar. Tampoco a quién
acudir. Pero lo que si tengo clarísimo es que no me debo detener, de una forma u
otra. No debo dejar de hablar de mediación, de pensar en mediación. Esa debe
ser la misión de cada uno de nosotros. Quizás os invada un mar de dudas, pero
recordar en ese momento el sentimiento que os causó escuchar por vez primera
ese sonado virus que es la mediación.
Esa sonrisa que nos despertó.
Así,
entonces, no perderemos las ganas de seguir mirando hacia el futuro con
optimismo. Porque cuando alguien es perseverante, acaba logrando su objetivo. Y
se que muchos de los que me leéis compartís los mismos deseos que yo…