miércoles, 27 de junio de 2012

EL DEBATE DE LA CONTROVERSIA...


Mediación si o mediación no. El debate está en la calle. Para otros muchos ni siquiera existe, debido a su ignorancia. Pero lo cierto y verdadero es que podemos afirmar que la duda está en el aire y que no existe conocimiento de la respuesta más válida a semejante binomio.

Todos los que trabajamos por la mediación y en mediación consideramos que, dando por hecho lo apasionante que nos resulta la profesión por la que trabajamos, nos encontramos ante una situación de cambio, necesario, inminente, en el cual la política social actual y el sistema judicial español no dan cabida ni abasto a resolver multitud de conflictos existentes. De igual modo, consideramos la mediación como vía alternativa y adecuada para dar respuesta a muchas familias, vecinos, empresas...sin tener que litigar, agilizando el proceso y reduciendo costes, a través del restablecimiento de la comunicación y el diálogo entre las partes, con un papel de figura intermediaria o facilitadora para el mediador, cuya intervención se antoja clave en el devenir del proceso a pesar de que la decisión recae sobre los mediados. Es así que nos inclinamos por su necesidad, augurando un apasionante futuro a su ejercicio profesional. Nos aferramos igualmente a la regulación del Decreto 37/2012, de 21 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Desarrollo de la Ley 1/2009, de 27 de febrero, reguladora de la Mediación Familiar en la Comunidad Autónoma de Andalucía, y a nivel nacional, el reciente Real-Decreto-ley 5/2012, de 5 de marzo, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, promulgada con el fin de dar ese empujoncito final que nos lleve a ser reconocidos y no ignorados por el ciudadano de a pie.

En otro nivel encontramos a los detractores, donde englobamos igualmente a los pesimistas. Todos aquellos que ven en la mediación un oportunismo egoísta o todos aquellos que, creyendo en su necesidad, no ven futuro a la misma, por pensar que no nos encontramos ante un proceso innovador o que implique un giro radical en relación a lo ya existente, y que pueda despertar interés en la sociedad, ya sea por considerarlo como alternativo, residual, o poco convincente (muchos siguen pensando que hoy día no es posible lograr el entendimiento y llegar a un acuerdo mediante el diálogo, y que sólo una decisión que venga impuesta por un superior será acatada y respetada, desechando así los fines con que definimos nuestra profesión). En definitiva, aquellos que no piensan que la mediación puede responder a esas carencias sociales de las que hablamos.

En suma, lo único cierto y verdad es que la mediación está más que nunca en boca de todos, y que la sociedad de hoy día se encuentra estancada en unos principios y valores que cada vez distan más de lo moral o políticamente correcto. Y es por ello que los que creemos en el bien de la mediación y que consideramos que la comunicación y el diálogo merecen su oportunidad para propiciar el cambio y dar un enfoque positivo a los conflictos, debemos aprovechar para, con la ilusión del día a día, y ahora que estamos en la orilla, no ahogarnos, zanjando así con un triunfo este más que vivo debate a favor de la inserción de la mediación en nuestro sistema.

viernes, 22 de junio de 2012

CON UN TOQUE PERSONAL...




La mediación es un método de resolución alternativa de conflictos, que se aplica en muy diferentes disciplinas profesionales (el Comercio, el Derecho, la Psicología, el Trabajo Social, la Pedagogía Social, etc.), en el que dos o más partes llegan a acuerdos consensuados facilitados por una tercera parte (el mediador), que actúa bajo el principio de la neutralidad. El mediador ayuda a las partes a lograr un rápido acuerdo usando la creatividad y la cooperación.

En boca de Javier Alés, “la mediación es un proceso al que se recurre cuando las partes no han podido entenderse y ayudados por una persona neutral, llegan a un acuerdo mediante la autodeterminación”.

No sólo las partes son las implicadas en el proceso de mediación, pues cobra un papel fundamental el papel del mediador con sus intervenciones, como facilitador y canalizador de la comunicación entre las partes, permitiendo llegar al buen fin del proceso.

Podemos comprobar en cualquier manual o en cualquier archivo que el proceso de mediación es un proceso totalmente estructurado, en el cual se persiguen unos objetivos y el mediador ejerce esa figura intermedia entre las partes, las cuales, por medio de la comunicación y el entendimiento, gestionan sus diferencias y logran llegar a acuerdos que se puedan considerar  estables y duraderos.

También se han realizado estudios y sacado conclusiones sobre las tácticas, técnicas o habilidades que el mediador puede utilizar durante el proceso para lograr que las partes restablezcan entre sí la comunicación. Son conocidas las técnicas, tácticas o habilidades, del uso frecuente de preguntas a las partes, el uso del silencio, el embudo, la reformulación, el desinterés,… muy válidas todas para lograr hacer ver a las partes su implicación con el conflicto, y haciéndolas tomar las riendas del problema, buscando por si mismas las mejores soluciones de manera consensuada. O tácticas o habilidades también podemos definirlas.

Así podemos concluir que el proceso de mediación se puede definir como un método de resolución de conflictos perfectamente diseñado para, siguiendo unas fases, lograr el entendimiento de las partes por si mismas. Sin embargo, la grandeza de la mediación va más allá: si bien decimos que el objetivo ha de ser que las propias partes sean las que consigan gestionar el conflicto, y retomar las relaciones que les unían antes de surgir las diferencias, igualmente el mediador podrá valerse por ello de la libertad de actuación que considere oportuna, sin salirse del guión que marca su figura, para lograr el objetivo de la mediación. Es por ello que toda técnica, táctica o habilidad de la que pueda hacer uso puede ser intuitiva, innovadora, desconocida para la mayoría (lluvia de ideas, el árbol genealógico,…ya hablaremos de ellas llegado el momento), siempre que la misma responda a los parámetros marcados. Lograr que sean las partes las que solucionen sus diferencias es el objetivo, el como conseguirlo no debe regirse a unas pautas o normas cerradas, pues en la mediación, cualquier detalle puede variar el rumbo del proceso, y por ello se entiende la libertad de elegir cualquier vía para poder conseguir que se llegue a buen puerto. 

Sólo de esa forma entenderemos el por qué hablamos de ese toque personal del que puede hacer uso cada mediador en su ámbito de actuación, y que no tiene menos importancia qué cualquiera de los métodos archiconocidos usados por cualquier mediador en su labor.

lunes, 18 de junio de 2012

A LA NOVENA EDICIÓN


¿HACIA DÓNDE IR?

En primer lugar, no quería dejar pasar la oportunidad de dar la enhorabuena a todos mis compañeros y compañeras que recientemente hemos finalizado el Curso de Especialista en Mediación Familiar, celebrado en la sede de la Universidad Pablo de Olavide, correspondiente a su IX Edición, durante el curso 2011/2012. Ha sido una experiencia grata y maravillosa para todos, estoy convencido, que nos ha llevado a poder ser considerados como profesionales de la Mediación Familiar y a iniciarnos en este mundo. Gracias también a los profesores que nos han llevado hasta aquí, y sobre todo, al equipo de AMEFA por su ímpetu y su paciencia con nuestro grupo, así como por su enseñanza.

Pero llegados hasta aquí, todos nos preguntamos lo mismo: ¿hacia donde tirar?¿ahora qué? Y puede ser considerada una cuestión fácilmente abordable, con distintas respuestas y posibilidades, pero igualmente, incierta y dubitativa a fecha de hoy. ¿Montar una empresa para ejercer como mediadores? ¿Una Asociación tal vez, financiada por los organismos públicos? ¿Ejercer por mi cuenta, de manera emprendedora y a la aventura? ¿O que tal si me asocio con gente ya experimentada en este mundillo? ¿Dónde existen más garantías de éxito?

Ninguna de las opciones anteriores es mejor o peor, son simplemente, diferentes. Por qué camino optar debe ser una decisión personalísima e inalienable, cual si se tratara de un Derecho Fundamental de los que recoge nuestra vigente Constitución Española. Lo verdaderamente esencial debe ser el no equivocarnos, el saber que implica cada decisión y cada paso que demos, y hacia donde lo demos. Consistirá en asegurarnos que lo que hacemos, lo hacemos bien, y lo hacemos porque queremos. Que de un lado u otro, todos proyectemos en nuestra mente un futuro en el cual podamos libremente solucionar nuestros conflictos, o gestionarlos, de manera personal y sin que las soluciones o alternativas nos vengan impuestas de otros medios u organismos. Hablamos del crecimiento y la necesidad de la Mediación.

Paso a paso, cada vez nos acercamos más a la realidad de poder considerar la Mediación como una vía más que válida y alternativa a nuestros problemas. Debemos crecer en nuestro deseo de luchar por hacer que nos conozcan, que sepan quienes somos, que ofrecemos, donde lo hacemos. En la medida que nuestra información sea correcta y transparente, y que así pueda percibirlo todo aquel que nos escucha o sabe de nuestra existencia como profesionales, el sistema nos dará nuestro espacio y nuestra ubicación.

Hemos de ser perseverantes y pacientes, pues todo proceso de iniciación e instauración requiere fases y etapas que no debemos caer en el error de intentar quemar más rápido de lo que corresponda. Nosotros no hemos inventado nada nuevo, ni siquiera somos los primeros ilusos que confían el futuro de las familias, o de los problemas civiles o mercantiles, a la mediación. Por ello, nuestra labor sólo ha de ser la de no equivocarnos, sabiendo en todo momento qué es la mediación, como desempeñar nuestro papel profesional, y como hacer llegar a la sociedad la necesidad de cambio y la apertura del diálogo entre iguales para resolver sus problemas, no dando pie a errores que puedan sepultar nuestro sueño aventurero de crecer al paso que la Mediación se hace tan necesaria…




jueves, 14 de junio de 2012

SOBRE MI


Hola. Mi nombre es Alberto Rojas Juimenez. Nacido en Sevilla. Formado y Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla en junio de 2010. Igualmente, soy Experto en Mediación por titulación obtenida en la Universidad Pablo de Olavide en mayo de 2012. 

Actualmente, colaboro en un Despacho profesional privado, en Sevilla, inmerso en asuntos civiles principalmente, si bien también trabajamos con impuestos, con asuntos penales, así como todo aquello que esté en nuestra mano. Creo que el saber no ocupa lugar, y por ello es un tesoro el no dejar nunca d aprender y reciclarse en lo que uno ya conoce. Me apasiona el mundo del Derecho, y a la par, haber conocido el "arte de mediar". Creo firmemente en ambas profesiones, en su desarrollo y crecimiento, y en sus metas. Y no cesaré en el empeño de trabajar dignamente por dichas convicciones.

Me considero un amante de la filosofía como ciencia que aporta la ilusión como medio o herramienta de trabajo diario para cualquier persona. Y por ello, no puedo obviar citar una célebre frase del gran Martin Luther King, que a modo personal, puede englobar el buen hacer de un jurista o un mediadr: "Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano"...

DERECHO Y MEDIACIÓN

¿Por qué Derecho? ¿Por qué Mediación?

No hay mejor respuesta para ambas preguntas que las que ha marcado el destino. Me siento plenamente realizado por haber entrado, aun de rebote, a conocer el mundo del derecho, y como consecuencia de ello, haberme iniciado en la mediación.

Creo que ambas disciplinas pueden interrelacionarse mucho más de lo que podemos pensar de primeras: el jurista necesita la figura del mediador, tanto como el mediador necesita de la justicia para su buen hacer. Me posiciono en favor del buen hacer, de la lucha contra las injusticias, de la búsqueda de los valores y el respeto que toda persona merece. 

Y por supuesto, lucho para que las personas, mediante el diálogo y la comunicación, puedan resolver por si mismos sus propios conflictos.

Es el arte de mediar, de dar a cada uno lo suyo, lo justo, lo más equitativo, lo que a cada uno le corresponde...